El Arbitraje es un mecanismo mediante el cual las partes se someten, por mutuo acuerdo, debido a un conflicto transigible, a la resolución definitiva e inapelable de un Tribunal Arbitral o de un Árbitro Único.
Esta decisión se recoge en un Laudo Arbitral que tiene efecto de sentencia ejecutoriada y cosa juzgada, y que se podrá ejecutar exactamente igual que una sentencia de última instancia.
Este procedimiento ofrece una solución ágil y oportuna a un conflicto y garantiza una resolución transparente e imparcial. Durante el curso del proceso se respetan todas las normas del debido proceso garantizadas por la Constitución. Adicionalmente se garantiza a las partes la privacidad del conflicto, salvaguardando la confianza pública que es propia de la actividad mercantil.
Para que una persona natural o jurídica pueda acceder a este mecanismo es indispensable que tengan pactado un Cláusula arbitral por escrito, mismo que puede incorporarse a los contratos aún antes de que nazca el conflicto. Las entidades del sector público pueden también someterse a arbitraje cumpliendo lo dispuesto por el artículo 4 de la Ley de Arbitraje y Mediación.